Como cuido mi paz mental

Hoy no voy a dar rodeos de nada, vengo a traerte la solución si has peleado con tu jefe, tu pareja o un amigo. Es importante que sigas el proceso en el mismo orden que voy a marcarte, el éxito o fracaso, depende gran parte de dicho orden.
- ¿Preparado/a? ¡¡¡Pues comenzamos!!!
Primero hierve agua, no la calientes simplemente, sino que debes asegurarte que hierve, y cuando la persona con la que tienes dicho problema, tu novio/a, tu mujer, tu marido, un amigo/a, etcétera, esté durmiendo, agarra el agua con decisión, sin ningún miedo y mucho menos, sin resentimiento alguno y hazte un té de manzanilla. Has oído bien, hazte un té. Tómate tu tiempo para reflexionar en como puedes mejorar, tanto tu comunicación, como tu paz mental conforme disfrutas de tu infusión.
Para todos aquellos que pensaron en echarle el agua hirviendo por encima a la persona señalada, he de deciros que hago sesiones de coaching personal, desarrollo motivacional y finanzas, por lo que no puedo ayudarte a paliar esa ira incontrolada que habita dentro de ti. Ni soy, ni pretendo ser psicólogo, pero conozco uno realmente bueno, ponte en contacto conmigo. Pero déjame decirte, que tienes tu jardín en ruinas.
Hoy no voy a andarme por las ramas. Hoy vengo a hablarte de algo tan potente y serio, que deberías de estar ya libreta en mano, para tomar cuantos apuntes puedas. Voy a contarte, como he aprendido a cuidar mi paz mental y la importancia y consecuencias que tiene el hacerlo, o no.
Para hacerme entender, la cabeza es como un jardín. Si lo cuidas, tendrás en espacio maravilloso, lleno de vida y de colores con tonalidades tan intensas que será imposible no disfrutar y sentirte bien. Por el contrario, si no te preocupas en tenerlo limpio de malas hierbas, si nunca lo riegas y tampoco te preocupas de usar el abono adecuado, tu jardín será tan tenebroso, que será imposible que disfrutes de nada.
Por no extenderme mucho, decirte que vengo de tener una muy buena posición laboral y un gran sueldo, y para sorpresa mía, pensaba que tener un jardín con las plantas más caras y los adornos más costosos, era más que suficiente para disfrutar de esos colores que hoy disfruto. ¡¡¡Que equivocado y ciego estaba!!!
- ¿Y que pasó?
Pues que la vida, tiró con fuerza de la venda que tapaban mis ojos y pude ver que mi jardín mental se había convertido en una escombrera. Y lo peor de todo, que me negaba a verlo. La vida tuvo que chillarme con fuerza para que reaccionara.
No voy a entrar en detalles que no te aportan, solo quiero compartir esto, para que a ser posible, no tropieces en lo mismo que tropecé yo durante tanto tiempo. Cuando descubres la realidad, tu cabeza hace aguas. Tu jardín es seco y oscuro, y es muy complicado ver nada positivo cuando te rodeas de tonalidades sumamente tristes.
Descubrí, que tenía en mi casa el mejor abono posible, pero al estar todo el día trabajando, nunca tenía tiempo de aplicarlo a la tierra. Se me olvidó lo que realmente importaba. Asegúrate que no te suceda lo mismo. El trabajo es importante, pero solamente para mantener una vida. La tuya. No te preocupes por tu jefe, lo creas o no, nunca serás parte de su jardín. Deja de abonar la tierra que no es tuya.
Aprendí, que con regar una vez al mes no era suficiente. Las plantas se terminaban perdiendo, igual que las personas que me rodeaban. Dejé de prestarles la atención que merecían y después no entendía la razón de muchas cosas. Asegúrate, que como poco, empleas el mismo tiempo en los demás, que estos emplean en tu persona.
No soy quien para decirte nada, pero la vida me enseñó a base de golpes, que si no cuidaba mi jardín, terminaría perdiéndolo por completo. Y créeme, es muy fácil mantenerlo, pero muy difícil recuperarlo cuando este agoniza por tu falta de cuidados.
- ¿Y que te suponía tener una escombrera en lugar de un jardín como dices?
En mi caso, descontrol. A tal nivel, que te refugias tanto en el trabajo y en ganarme la vida, que al final se me olvidó vivirla. Llegó un momento, que me costaba disfrutar de nada. No sabía la razón, pero no disfrutaba nada de lo que hacía. Y todo, porque mi salud mental se estaba secando. No le había prestado la atención necesaria. Llevaba muchos años en barbecho.
Lo tomamos como una moda de las redes sociales, pero la salud mental y tu desarrollo personal son imprescindibles para crecer y evolucionar de una manera equilibrada y sostenida. Y no, no hace falta ser psicólogo para saber que lo primero que debes hacer es preocuparte de ti mismo/a. Porque lo importante eres tu. Para que tus hijos estén bien, primero debes estar bien tu. Para que tu relación de pareja esté en orden, primero debes de estar en orden tu. Para que seas capaz de disfrutar de tu trabajo, primero debes de ser capaz de disfrutar de ti mismo/a. Porque de no hacerlo, tu trabajo será un horror dónde cargarás la culpa al jefe o encargado de turno, tendrás la mala suerte que tus hijos serán los más pesados del mundo y tu pareja te parecerá una elección de mierda cuando lo mires a la cara. Ninguna decisión pasada te parecerá acertada en ese momento. ¿Te ha pasado?
Así enfoqué mis cambios y puse en orden mi escombrera, hasta conseguir disfrutar hoy, de mi jardín Zen.
- Prioriza por ti y por tu auto cuidado. Aquí es vital que entiendas, que tu eres la locomotora de todo. Si tu no andas, nada anda. Si vas por el camino equivocado, arrastrarás a ese camino a todo aquel que decida seguirte.
- Tómate en serio, lo que de verdad sea tan serio, como para emplear parte de tu tiempo, en no disfrutar de cuanto te rodea. Vamos, que salvo una enfermedad o pérdida de alguien, el resto no debería de quitarte el sueño, porque salvo estas dos cuestiones, el resto de situaciones que te impiden crecer y disfrutar, puedes y deberías de cambiarlas.
- Pon en orden tu salud financiera. Lo creas o no, parte de tu jardín mental, no solo está en las personas que te rodean y como las tratas, también en como tratas tus recursos. Si no lo haces bien y tus recursos son malos, tus decisiones estarán al mismo nivel. Hazme caso y ahorra. Se vive mucho más tranquilo, con una red de seguridad a tus pies ante posibles caídas y tropiezos.
- Aprende, sé inconformista, fomenta el auto conocimiento. Lee y aprende de todas esas cosas que te gustan, que te apasionan. ¿De verdad crees que vas a tener una vida placentera, viendo como se le cae un moco a un actor, haciendo el paripé en la isla de los famosos? ¿Pero de verdad te lo crees? Es hora de despertar, ya toca.
- Toma decisiones a largo plazo. La vida son decisiones, y muchas veces, nos dejamos controlar por los impulsos. Toca cambiar el orden. Controlarlos nosotros, nos ayuda a tomar decisiones que a futuro, nos hagan disfrutar de cosas, procesos y situaciones que hoy no vemos o no tenemos.
- Y sobre todo, cree en ti. No te encasilles. Si quieres cambiar de trabajo, hazlo. Si quieres cambiar de pareja, hazlo. Si quieres cambiar de hijos... te aguantas, la vida no es perfecta, te toca apechugar. Pero para todo lo demás tienes opción de cambiar y mejorar. Claro, si te quedas parado/a, y esperas a que pasen las cosas sin hacer nada, déjame decirte que jamás pasará nada.
A mi, no me hagas caso. Prueba las cosas. Cuando quité mis malas hierbas, comencé a disfrutar de todo eso que una vez olvidé. Hoy valoro mucho la decisión que tomé en su momento y me siento muy afortunado, de tener la opción de poder hacer dicho cambio. No se me ocurre volver a dónde estaba. El tiempo con los míos no tiene precio. El tiempo conmigo mismo, mucho menos.
Te animo a trabajar tu paz mental. Te animo a poner en orden tu jardín. Soy consciente que todos los cambios cuestan mucho. Miedo a lo desconocido, indecisiones, pánico a creer que no hay nada mejor... Estos pensamientos no llegan a todos. Es lo que nos enseña la sociedad a pensar. Déjame decirte que es mentira. Lo creas o no, hoy vivo económicamente mucho mejor que antes. Tengo tiempo para dedicarme a lo que me hace disfrutar y lo disfruto. Y cuando llega el gran apagón, en lugar de estar 14 horas en el trabajo enriqueciendo a otra persona, pude estar tranquilo y disfrutando con mis hijos.
- ¿Aún no te crees, que tener un jardín bonito y saneado es esencial?
La vida son decisiones. Decidir el como tener o decorar tu jardín mental es cosa tuya. Recuerda que si tu decisión es no hacer absolutamente nada, puedes acercarte al bar a reírte y criticar a todos aquellos que sí deciden crecer y evolucionar en sus vidas. Déjame decirte que la envidia es igual de mala que el alcohol. Ten cuidado.
Os deseo una trabajo de jardinería mental, exageradamente placentero.
Pd: No me hagas caso, ya lo sabes. Pero te aseguro, que cuando te pones a quitar maleza y malas hierbas y comienzas a vislumbrar el verdadero potencial de tu jardín, nunca más querrás volver a tenerlo desatendido.